Palabras a media asta
La Prensa | Opinión | La Voz de la Academia | 7 de septiembre de 2023
Por Melquiades Villarreal Castillo
Los panameños cuidamos nuestro idioma con celo indecible. Defendemos la norma de manera constante con un afán perfeccionista que, a veces, nos lleva a olvidar que la lengua también debe entenderse desde la óptica del uso. Cuando un hablante dice: ´no es perro ladrándole a gallinazo´, se refiere a un hecho diferente de la suma de los significados de las palabras empleadas. La expresión indica pérdida de tiempo al realizar una acción sin esperanzas de obtener resultados.
Las lenguas evolucionan de forma permanente sin que los diccionarios o las normativas posean la capacidad de explicar la totalidad de casos que puedan suscitarse. Por ello, el Diccionario de la Lengua Española (DLE) se contenta con recoger una muestra reveladora de voces, usos y significados de una sección importante del léxico empleado por los hispanohablantes.
´A media asta´ es una expresión a la que el diccionario le brinda una sola acepción: ´Dicho de una bandera: A medio izar, en señal de luto´. Por lo menos, la mayoría la conocemos y la empleamos. Sin embargo, la expresión cobra otra significación para apuntar actos inconclusos. Ejemplo: Juan dejó el trabajo a media asta.
Por situaciones como esta, es que no tenemos problemas en aceptar que un chat es un: ´Intercambio de mensajes electrónicos a través de internet que permite establecer una conversación entre dos o más personas´. No obstante, es frecuente que la gente utilice el verbo chatear para referirse a la acción que se ha definido, a pesar de que el DLE lo precisa como: ´Beber chatos´ y chatos son vasos de vino. En nuestro medio, aunque el diccionario así lo especifica, nadie entiende que las personas beben vino cuando chatean.
Del mismo modo, manifestamos de alguien que es un ´hombre hecho´, cuando es una persona madura; pero, cuando nos referimos a un fruto ´hecho´ decimos que está en un proceso de maduración, ´a media asta´, esto es, inconcluso. La expresión ´mango hecho´ aclara mi punto de vista. Hasta aquí no hay problemas, pero al mango hecho también podemos llamarlo ´pintón´ (que va tomando color al madurarse). Los adjetivos hecho y pintón, cuando modifican el sustantivo fruto son términos sinónimos, situación que no ocurre en otros casos.
Debemos ser cuidadosos al interpretar los significados que aparecen en los diccionarios. Por el ejemplo, el Diccionario del Español en Panamá recoge la forma ´fiebre de pollo´ definida como un ´malestar fingido´; pero debemos convenir en que no se trata de una fiebre que afecta a los pollos, sino que es un achaque propio de los humanos para evadir responsabilidades.
En algún sentido, los verbos prender y encender son sinónimos del verbo incendiar. El DLE nos indica que se prende la luz u otra cosa inflamable y que se enciende algo combustible; es decir, tanto prender como encender significan iniciar un fuego. Sin embargo, encender también alude a: ´hacer que funcione un dispositivo o un aparato eléctrico’, aunque, por el uso todos entendemos qué quiere decir prender el televisor.
Nuestro idioma está en un proceso ininterrumpido de evolución que culminará cuando desaparezca el último hablante. Antes, siempre habrá cambios, porque las palabras mutan de acuerdo con los usos y necesidades de los hablantes, por lo que, en el caso del español, de su diccionario, de su ortografía y de su gramática, siempre estarán a media asta. En el caso del diccionario, se trata de una obra imperfecta con aspiraciones de perfectibilidad, afirmación que de por sí es utópica, porque mientras existan hispanohablantes surgirán nuevos usos, términos y acepciones que conducirán al DLE a ir tras las variaciones.
El autor es lexicógrafo y profesor.
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