Recuerdos del poeta
Por D.ª Margarita Vásquez Quirós, académica numeraria
Cuando revivo mis primeras tardes universitarias, mi cabeza palpita de recuerdos y mi corazón, de sencilla alegría. Entre las hojas de apuntes, entre los libros que había que leer y comentar, entre la escritura y el análisis, entre los rostros juveniles y los de los catedráticos de actitudes amables o extrañas, estaba aquello de reunirnos para tomar un café y conversar de todo en grupos animados.
En aquel ambiente ocupaba un lugar especial el poeta que traía bajo el brazo su libro: Elegía a Griselda Almar (1955). A veces nos leía sus versos… otras veces contaba sus historias y reía para hacernos reír detrás de él.
En aquel año de 1956 los estudiantes de Español nos reunimos para fundar el Club de Español. Había muchísimo que hacer: cuidar de nuestra lengua era una de las tareas fundamentales; la otra, hacer crecer la literatura. Reunidos una tarde, elegimos la directiva. La dirección de la agrupación quedó en manos de José Franco. A mí me correspondió una feliz tarea: la secretaría. Así, iniciamos un período de preparación de las actividades que llevaríamos adelante y que ya realizabamos cuando llegó la noticia de que Juan Ramón Jiménez había ganado el Premio Nobel de Literatura después de 34 años sin un Premio Nobel de Literatura en lengua española. Decidimos, entonces (y Franco llevaba la bandera), preparar un gran homenaje al poeta Jiménez.
Acudimos a las embajadas y representantes internacionales en Panamá. Sería un homenaje nacional al ganador del Premio Nobel, y solicitamos que enviaran flores al paraninfo universitario.
No sé cómo explicar la alegría de nuestro poeta José Franco aquella tarde. Había rosas, tulipanes, lirios, dalias, hortensias, veraneras. Era la mejor manifestación del aprecio que merecían el poeta (o los poetas) y su poesía. La nobleza de espíritu de José Franco se manifestaba en todas las formas con gran entusiasmo.
Panamá Defendida (1958) vendría después, y toda su poesía. También su novela que todavía tiene un largo camino que recorrer. Hay en ella avisos… antelaciones. Hay que leer la obra narrativa de José Franco.
Querido amigo, que vivas siempre en la memoria.
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