Deceso de doña Berna Pérez Ayala de Burrell
La Academia Panameña de la Lengua informa a la comunidad en general y a la ‘cofradía’ de escritores, lectores y estudiosos del idioma (para acuñar un término de nuestra académica), acerca del sensible fallecimiento de la académica de la lengua y exdirectora de esta institución, doña Berna Pérez Ayala de Burrell, hecho ocurrido en la ciudad de Panamá, el 28 de junio del presente año.
Nuestra corporación, a la que Da. Berna Pérez Ayala de Burrell perteneció desde el 2003, y a la que estuvo vinculada desde muchos lustros antes como colaboradora incondicional e infatigable, siente hondamente la ausencia de esta abnegada, emprendedora y siempre diligente integrante de la nómina de académicos numerarios; y en esta hora de reflexión y pesar, como antes lo hizo, desea resaltar las virtudes humanas y profesionales de la exdirectora que durante dos periodos consecutivos (2009-2012-2015) dirigió con acierto y visión lingüística, administrativa y humanística los destinos de esta casa de las palabras.
Su labor académica y directoral da cuenta de una prolija y fructífera trayectoria a favor del estudio del español de nuestro país y su correcto uso, además de la representación de nuestra Academia en varios congresos de la Lengua y la consecución para Panamá, por primera vez, en ambos casos, de la sede del Congreso de Academias (2011) y del VI Congreso Internacional de la Lengua Española (2013), para lo cual puso todo su esfuerzo y empeño.
Ya el sillón académico, ya el aula universitaria –donde sirvió con rigor la cátedra durante los últimos 40 años de su vida-, ya la comunidad lectora -que se regocijó con su obra La envidia es color de arsénico, con su ensayo Neruda y la mujer o con su notas literarias por entregas ¿Qué está leyendo? de un diario local-; amén de sus familiares, amigos, colegas y exalumnos, reclaman su ausencia: la de la mujer de carácter, chispa, entrega, verticalidad y una clara visión de la importancia de la lengua en el entramado social.
El pleno de la Academia Panameña de la Lengua transmite a los familiares de doña Berna su pésame más profundo y deja sentir el vacío que su irreparable pérdida provoca en esta, que también fue, como ella solía llamarla, su ‘Casona’.
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